Eileen Gray

Eileen Gray

Eileen Gray nació en una familia aristocrática de Enniscorthy, una ciudad pequeña del sudeste de Irlanda un 9 de agosto de 1878, pasando sus años de niñez allí. De joven, para desarrollar sus sensibilidades artísticas, entra en Slade School de Londres. Más tarde se muda a París para radicar allí definitivamente.

París a principios de siglo era la meca de la creación, y para los artistas significaba la representación visual y funcional de los logros alcanzados por la literatura, la ciencia y la filosofía, proporcionando un suelo fértil para artistas de todos los medios, pero fundamentalmente en el campo de las artes visuales. Nombres como Joyce y Beckett, Picasso y Dali, Corbusier y Debussy tenían un aire de familiaridad por ese entonces.

A Eileen Gray se la ve en pinturas de esa época respondiendo al estilo Victoriano en vestimenta y peinado, acompañada siempre de un gesto triste y distante que probablemente haya sido la manera de la gente joven de su clase y de esos tiempos.

Recién en fotos de 1926 ella empieza a aparecer con una fisonomía más sofisticada, casi bohemia, coincidiendo con la etapa donde había comenzado a vivir la plenitud de su energía creativa y había creado las oportunidades para explorar su talento.

Estos cambios de adolescente victoriana a mujer moderna habían surgido después de haber trabajado en los talleres de Sugiwara, un artesano magistral de diseños nuevos para muebles y accesorios de colores llamativos y líneas simples.

Esa influencia pone de manifiesto el genio creador de esta artista combinado con un sentido innovador de la forma, así como su sensibilidad al color, que fueron aplicados para lograr grandes efectos e innovaciones en el mundo de los muebles y del diseño interior.

Trabajó fundamentalmente buscando la armonía, lograba espacios acomodados a la existencia del que los habitaba, es decir, guardando las proporciones entre el ambiente y las aspiraciones y los sentimientos de quienes serían sus usuarios.

Los espacios, a pesar de estar estudiados meticulosamente, eran económicos, con austeridad en líneas y sólo enriquecidos por accesorios que generalmente también eran de su diseño. En 1921, Eileen abrió una tienda al público para la venta de sus diseños pero sin demasiado éxito, ya que no tenía tantas cualidades para vender sus obras como para producirlas.

Fue una artista que, debido a su género, personalidad y limitaciones sociales, nunca recibió el reconocimiento y acreditación por lo revolucionario que su obra merecía. Hoy sus restos yacen en un rincón del famoso cementerio de Pere Lachaise entre notables como Oscar Wilde y James Morrisson

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